¡Acabemos con los piojos! - La Farmacia Asistencial
¡Acabemos con los piojos!

¡Acabemos con los piojos!

Resumen del contenido:

  • El tratamiento empieza con la prevención. 

A continuación, la farmacia asistencial quiere darte una pinceladas sobre una campaña que de cualquier modo puedes seguir en el enlace La próstata si importa.

¿Qué es la próstata?

La próstata es una glándula que recubre parte de la uretra de los hombres. La uretra no es más que el conducto que va desde la vejiga (donde acumulamos la orina) hasta el pene (por donde se evacua dicha orina)

Cuando la próstata crece descontroladamente, aprisiona dicho conducto, dificultando o incluso impidiendo la evacuación de la orina. Por lo tanto, es un problema de fontanería que hay que controlar y tratar adecuadamente.

Los tratamientos pediculicidas deben utilizarse únicamente si se confirma la infestación, nunca antes. En caso contrario, se pueden generar resistencias que harán más difícil acabar con los piojos si realmente aparecen. Hay que utilizar en cada caso el producto correcto: para prevenir, un repelente, y para eliminar piojos y/o liendres, un pediculicida. Este punto es clave, ya que el uso indiscriminado que se está haciendo de colonias, lociones y champús contra los piojos está haciendo que estos se vuelvan más resistentes y sea muy difícil deshacerse de ellos.

El modo acertado de actuar comienza cuando notamos picor en el cuero cabelludo o cuando se sabe de casos recientes de piojos en el entorno familiar o escolar. Es entonces cuando hay que examinar el pelo de la persona infestada con una lendrera, que nos ayudará a arrastrar los piojos mechón a mechón. Es mejor colocar un paño blanco sobre los hombros para asegurarnos de que los vemos cuando caen tras arrastrarlos del pelo. Si confirmamos la presencia de piojos, aplicaremos el pediculicida, masajeando la zona para asegurar que el producto llega a todo el cabello. En cambio, si no vemos piojos pero existe riesgo de contagio deberemos aplicar un repelente para evitarlo.

Además, existen otra medidas que debemos tomar si algún miembro de la familia o entorno contrae los piojos: lavar las prendas de ropa del niño infestado así como toallas o sábanas a más de sesenta grados; y aislar los juguetes y peluches con los que haya jugado en una bolsa hermética durante tres días, porque como los piojos se alimentan cada 4-6 horas de la sangre del huésped, no pueden vivir tanto tiempo aislados y morirán. Los peines, horquillas y cepillos debemos sumergirlos en agua hirviendo y aspiraremos toda la casa.

En cuanto al los tratamientos disponibles, los pediculicidas más comunes son la permetrina, los piretroides sinergizados y el malathion, siendo todos ellos efectivos, aunque la elección debe hacerse en función de los patrones de resistencia locales. De todos ellos, la permetrina al 1% es el único que se puede utilizar en bebes a partir de 2 meses de edad. Casi todos ellos están formulados con una cierta cantidad de alcohol, por lo que pueden irritar el cuero cabelludo y agravar los picores transitoriamente.

Además, existen otros productos a base de siliconas que matan al piojo y/o liendre por métodos mecánicos. Éstos forman una capa alrededor del piojo asfixiándolo, siendo muy efectiva e inocua si se usan adecuadamente, pero con el principal problema de que dejan el pelo grasiento. Pulsa aquí para ver las marcas disponibles en la farmacia asistencial.

El fracaso terapéutico contra la pediculosis se da muchas veces porque no se siguen las instrucciones del fabricante o no se mantiene una continuidad en el tratamiento, que debe abarcar la eliminación y también la prevención. El modo correcto consiste en aplicar la loción específica antipiojos sobre el cuero cabelludo seco, y, preferiblemente, sin lavado previo, y dejarla actuar durante el tiempo recomendado para cada producto (de 15 a 60 minutos) manteniendo el cuero cabelludo tapado con un gorro plástico. A continuación se debe lavar la cabeza con champú pediculicida (antipiojos) dejándolo actuar también unos minutos y, por último, y lo más importante, pero lo más costoso, pasar la lendrera para que salga el piojo y luego armarse de paciencia para ir pelo a pelo quitando las liendres de manera mecánica con unas pinzas o con las uñas. Esto último es lo más importante, porque si no, irritaremos el cuero cabelludo del niño de manera gratuita, pues a los pocos días las liendres no retiradas eclosionaran en nuevos piojos.

Después de aplicar el pediculicida hay que dejar secar el cabello al aire y nunca hacerlo con secador, porque el calor inactiva el efecto insecticida residual del producto y este pierde eficacia. En los días posteriores, y tras una semana desde la primera aplicación, revisaremos el cabello.

Si al revisar la cabeza pasados siete días desde la primera aplicación del tratamiento no quedan piojos ni liendres, podemos decir que se ha completado el tratamiento. Además, no nos olvidemos de realizar este tratamiento de eliminación a todos los afectados a la vez, para evitar la reinfestación. Todo este proceso puede llevarnos entre una y tres semanas, dependiendo del producto y la constancia en el seguimiento.

Los tratamientos no hay que repetirlos por sistema, solo si pasados siete días, siguen quedando piojos vivos o liendres en la cabeza repetiremos el tratamiento con el pediculicida.

Los piojos depositan las liendres en la nuca y detrás de las orejas, porque son las zonas más calientes y apropiadas para la supervivencia. Una liendre, a más de 6 mm de la raíz del pelo es inhábil, es decir, que cuando eclosione no podrá alimentarse de inmediato y morirá. De ahí que el uso continuado de la lendrera cada dos días nos asegure que las alejamos del cuero cabelludo.

Y finalmente haremos una aclaración: El vinagre NO mata al piojo, lo mismo que el aceite del arbol de té. En realidad solo pueden ayudar a desprender la liendre, pero no debe utilizarse como método único para tratar una infestación por piojos.

En el caso del aceite del arbol de té, tambien se viene utilizando como repelente, ya que su fuerte edor enmascara las señales por las que los piojos se dirijen hacia el cuero cabelludo (raiz del cabello), desorientandoles y por tanto dificultando su alimentación.

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